El espíritu del Señor Soberano Jehová está sobre mí, por razón de que Jehová me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los mansos. Me ha enviado para vendar a los quebrantados de corazón, para proclamar libertad a los [que han sido] llevados cautivos y la apertura ancha [de los ojos] aun a los prisioneros; 2 para proclamar el año de la buena voluntad de parte de Jehová, y el día de la venganza de parte de nuestro Dios; para consolar a todos los que están de duelo;
DEBEMOS “CONSOLAR A TODOS LOS QUE ESTAN DE DUELO”
15/OCT/2011 * Pág. 27 * (19 – 25 Diciembre) * Cánticos: 68, 42
Predicamos buenas noticias por toda la Tierra
Consolemos a nuestros hermanos
La palabra de Dios es nuestra fuente de consuelo
Otras formas de brindar consuelo
¿Recordamos estos puntos?
• ¿Qué extensión ha alcanzado nuestra obra de consolar a quienes sufren?
• ¿De qué diversas formas podemos consolar a los demás?
• ¿Qué textos bíblicos muestran que Jehová consuela a sus siervos?
1. ¿Cómo ayudó Jesús a quiénes sufrían, y por qué lo hizo?
(Juan 4:34) Jesús les dijo: “Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió y terminar su obra.
(2 Corintios 1:3) Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de tiernas misericordias y el Dios de todo consuelo,
(Isaías 61:1-2) El espíritu del Señor Soberano Jehová está sobre mí, por razón de que Jehová me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los mansos. Me ha enviado para vendar a los quebrantados de corazón, para proclamar libertad a los [que han sido] llevados cautivos y la apertura ancha [de los ojos] aun a los prisioneros; 2 para proclamar el año de la buena voluntad de parte de Jehová, y el día de la venganza de parte de nuestro Dios; para consolar a todos los que están de duelo;
(Lucas 4:16-21) Y vino a Nazaret, donde había sido criado; y, según su costumbre en día de sábado, entró en la sinagoga, y se puso de pie para leer. 17 De modo que se le dio el rollo del profeta Isaías, y abrió el rollo y halló el lugar donde estaba escrito: 18 “El espíritu de Jehová está sobre mí, porque él me ungió para declarar buenas nuevas a los pobres, me envió para predicar una liberación a los cautivos y un recobro de vista a los ciegos, para despachar a los quebrantados con una liberación, 19 para predicar el año acepto de Jehová”. 20 Con eso enrolló el rollo, se lo devolvió al servidor, y se sentó; y los ojos de todos [los que estaban] en la sinagoga se fijaron atentamente en él. 21 Entonces comenzó a decirles: “Hoy se cumple esta escritura que acaban de oír”.
2, 3. ¿Por qué tenemos los cristianos que imitar el ejemplo de Jesús y consolar a la gente?
(1 Corintios 1:11) Porque se me hizo saber acerca de ustedes, hermanos míos, por los de [la casa de] Cloe, que existen disensiones entre ustedes.
(1 Tesalonicenses 5:11) Por lo tanto, sigan consolándose unos a otros y edificándose unos a otros, así como de hecho lo están haciendo.
(2 Timoteo 3:1) Mas sabe esto, que en los últimos días se presentarán tiempos críticos, difíciles de manejar.
(2 Timoteo 3:2-4) Porque los hombres serán amadores de sí mismos, amadores del dinero, presumidos, altivos, blasfemos, desobedientes a los padres, desagradecidos, desleales, 3 sin tener cariño natural, no dispuestos a ningún acuerdo, calumniadores, sin autodominio, feroces, sin amor del bien, 4 traicioneros, testarudos, hinchados [de orgullo], amadores de placeres más bien que amadores de Dios,
(2 Timoteo 3:13) Pero los hombres inicuos e impostores avanzarán de mal en peor, extraviando y siendo extraviados.
4. ¿Qué sucede hoy con las condiciones mundiales?
(1 Juan 5:19) Sabemos que nosotros nos originamos de Dios, pero el mundo entero yace en el [poder del] inicuo.
(Juan 14:30) Ya no hablaré mucho con ustedes, porque el gobernante del mundo viene. Y él no tiene dominio sobre mí,
(2 Corintios 4:4) entre quienes el dios de este sistema de cosas ha cegado las mentes de los incrédulos, para que no pase [a ellos] la iluminación de las gloriosas buenas nuevas acerca del Cristo, que es la imagen de Dios.
(Revelación 12:12) A causa de esto, ¡alégrense, cielos, y los que residen en ellos! ¡Ay de la tierra y del mar!, porque el Diablo ha descendido a ustedes, teniendo gran cólera, sabiendo que tiene un corto espacio de tiempo”.
(Génesis 3:1-24) Ahora bien, la serpiente resultó ser la más cautelosa de todas las bestias salvajes del campo que Jehová Dios había hecho. De modo que empezó a decir a la mujer: “¿Es realmente el caso que Dios ha dicho que ustedes no deben comer de todo árbol del jardín?”. 2 Ante esto, la mujer dijo a la serpiente: “Del fruto de los árboles del jardín podemos comer. 3 Pero en cuanto a [comer] del fruto del árbol que está en medio del jardín, Dios ha dicho: ‘No deben comer de él, no, no deben tocarlo para que no mueran’”. 4 Ante esto, la serpiente dijo a la mujer: “Positivamente no morirán. 5 Porque Dios sabe que en el mismo día que coman de él tendrán que abrírseles los ojos y tendrán que ser como Dios, conociendo lo bueno y lo malo”. 6 Por consiguiente, la mujer vio que el árbol era bueno para alimento, y que a los ojos era algo que anhelar, sí, el árbol era deseable para contemplarlo. De modo que empezó a tomar de su fruto y a comerlo. Después dio de este también a su esposo cuando [él estuvo] con ella, y él empezó a comerlo. 7 Entonces se les abrieron los ojos a ambos, y empezaron a darse cuenta de que estaban desnudos. Por lo tanto cosieron hojas de higuera y se hicieron coberturas para los lomos. 8 Más tarde oyeron la voz de Jehová Dios que andaba en el jardín hacia la parte airosa del día, y el hombre y su esposa procedieron a esconderse del rostro de Jehová Dios entre los árboles del jardín. 9 Y Jehová Dios siguió llamando al hombre y diciéndole: “¿Dónde estás?”. 10 Por fin él dijo: “Oí tu voz en el jardín, pero tuve miedo porque estaba desnudo, y por eso me escondí”. 11 A lo que dijo él: “¿Quién te informó que estabas desnudo? ¿Del árbol del que te mandé que no comieras has comido?”. 12 Y pasó el hombre a decir: “La mujer que me diste para que estuviera conmigo, ella me dio [fruto] del árbol y así es que comí”. 13 Ante eso, Jehová Dios dijo a la mujer: “¿Qué es esto que has hecho?”. A lo cual respondió la mujer: “La serpiente... ella me engañó, y así es que comí”. 14 Y Jehová Dios procedió a decir a la serpiente: “Porque has hecho esta cosa, tú eres la maldita de entre todos los animales domésticos y de entre todas las bestias salvajes del campo. Sobre tu vientre irás, y polvo es lo que comerás todos los días de tu vida. 15 Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu descendencia y la descendencia de ella. Él te magullará en la cabeza y tú le magullarás en el talón”. 16 A la mujer dijo: “Aumentaré en gran manera el dolor de tu preñez; con dolores de parto darás a luz hijos, y tu deseo vehemente será por tu esposo, y él te dominará”. 17 Y a Adán dijo: “Porque escuchaste la voz de tu esposa y te pusiste a comer del árbol respecto del cual te di este mandato: ‘No debes comer de él’, maldito está el suelo por tu causa. Con dolor comerás su producto todos los días de tu vida. 18 Y espinos y cardos hará crecer para ti, y tienes que comer la vegetación del campo. 19 Con el sudor de tu rostro comerás pan hasta que vuelvas al suelo, porque de él fuiste tomado. Porque polvo eres y a polvo volverás”. 20 Después de esto Adán llamó a su esposa por nombre Eva, porque ella tenía que llegar a ser la madre de todo el que viviera. 21 Y Jehová Dios procedió a hacer largas prendas de vestir de piel para Adán y para su esposa, y a vestirlos. 22 Y Jehová Dios pasó a decir: “Mira que el hombre ha llegado a ser como uno de nosotros al conocer lo bueno y lo malo, y ahora, para que no alargue la mano y efectivamente tome [fruto] también del árbol de la vida y coma y viva hasta tiempo indefinido...”. 23 Con eso Jehová Dios lo echó del jardín de Edén para que cultivara el suelo del cual había sido tomado. 24 De modo que expulsó al hombre, y al este del jardín de Edén apostó los querubines y la hoja llameante de una espada que continuamente daba vueltas para guardar el camino al árbol de la vida.
(Job 2:1-13) Después llegó a ser el día en que los hijos del Dios [verdadero] entraban para tomar su puesto delante de Jehová, y Satanás también procedió a entrar allí mismo entre ellos para tomar su puesto delante de Jehová. 2 Entonces Jehová dijo a Satanás: “¿Y tú, de dónde vienes?”. Ante esto, Satanás respondió a Jehová y dijo: “De discurrir por la tierra y de andar por ella”. 3 Y Jehová pasó a decir a Satanás: “¿Has fijado tu corazón en mi siervo Job, que no hay ninguno como él en la tierra, un hombre sin culpa y recto, temeroso de Dios y apartado del mal? Todavía está reteniendo firmemente su integridad, aunque tú me incitas contra él para que me lo trague sin causa”. 4 Pero Satanás respondió a Jehová y dijo: “Piel en el interés de piel, y todo lo que el hombre tiene lo dará en el interés de su alma. 5 Para variar, sírvete alargar la mano, y toca hasta su hueso y su carne, [y ve] si no te maldice en tu misma cara”. 6 Por consiguiente, Jehová dijo a Satanás: “¡Allí está en tu mano! ¡Solo ten cuidado con su alma misma!”. 7 De manera que Satanás salió de ante la persona de Jehová e hirió a Job con un divieso maligno desde la planta del pie hasta la coronilla de la cabeza. 8 Y él procedió a tomar para sí un fragmento de vasija de barro con el cual rasparse; y estaba sentado en medio de ceniza. 9 Finalmente su esposa le dijo: “¿Todavía estás reteniendo firmemente tu integridad? ¡Maldice a Dios, y muere!”. 10 Pero él le dijo: “Como habla una de las mujeres insensatas, tú también hablas. ¿Aceptaremos solamente lo que es bueno de parte del Dios [verdadero], y no aceptaremos también lo que es malo?”. En todo esto Job no pecó con sus labios. 11 Y tres compañeros de Job llegaron a oír acerca de toda esta calamidad que le había sobrevenido, y procedieron a venir, cada cual de su propio lugar: Elifaz el temanita y Bildad el suhita y Zofar el naamatita. De manera que se encontraron por cita para ir y condolerse de él y consolarlo. 12 Cuando alzaron los ojos desde lejos, no lo reconocieron entonces. Y procedieron a alzar la voz y llorar y rasgar cada cual su vestidura sin mangas y a aventar polvo hacia los cielos sobre sus cabezas. 13 Y se quedaron sentados con él en la tierra siete días y siete noches, y no hubo nadie que le hablara una palabra, porque vieron que el dolor era muy grande.
Predicamos buenas noticias
por toda la Tierra
5. ¿Cómo se está cumpliendo en los últimos días la profecía sobre la predicación?
(Mateo 24:14) Y estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.
(Mateo 4:17) Desde entonces Jesús comenzó a predicar y a decir: “Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos se ha acercado”.
6. ¿Qué opina usted del crecimiento que ha experimentado la obra?
Consolemos a nuestros hermanos
7. a) ¿Por qué no debería el cristiano esperar que Jehová elimine inmediatamente todo lo que le hace sufrir? B) ¿Cómo sabemos que es posible soportar las persecuciones y tribulaciones?
(2 Timoteo 3:12) De hecho, todos los que desean vivir con devoción piadosa en asociación con Cristo Jesús también serán perseguidos.
(2 Tesalonicenses 1:3-5) Estamos obligados a dar gracias a Dios siempre por ustedes, hermanos, como es apropiado, porque su fe está creciendo en gran manera y el amor de cada uno de ustedes, y todos, está aumentando, el uno para con el otro. 4 Como resultado, nosotros mismos nos gloriamos de ustedes entre las congregaciones de Dios a causa del aguante y la fe de ustedes en todas sus persecuciones y las tribulaciones que están soportando. 5 Esto es prueba del justo juicio de Dios, que conduce a que se les considere dignos del reino de Dios, por el cual verdaderamente están sufriendo.
8. ¿Qué ejemplos bíblicos indican que Jehová siempre conforta a sus siervos?
(1 Reyes 19:1-21) Entonces Acab refirió a Jezabel todo lo que Elías había hecho y todo acerca de cómo había matado a todos los profetas a espada. 2 Ante eso, Jezabel envió un mensajero a Elías, para decirle: “¡Así hagan los dioses, y así añadan a ello, si mañana a esta hora no hago tu alma como el alma de cada uno de ellos!”. 3 Y a él le dio miedo. Por lo tanto, se levantó y empezó a irse por su alma, y llegó a Beer-seba, que pertenece a Judá. Entonces dejó allá atrás a su servidor. 4 Y él mismo entró en el desierto camino de un día, y por fin llegó y se sentó debajo de cierta retama. Y se puso a pedir que muriera su alma, y a decir: “¡Basta! Ahora, oh Jehová, quítame el alma, porque no soy mejor que mis antepasados”. 5 Por fin se acostó y se quedó dormido debajo de la retama. Pero, ¡mire!, ahora estaba tocándolo un ángel. Entonces este le dijo: “Levántate, come”. 6 Cuando él miró, pues, allí junto a su cabeza estaba una torta redonda sobre piedras calentadas, y una jarra de agua. Y él se puso a comer y beber, después de lo cual volvió a acostarse. 7 Más tarde el ángel de Jehová volvió por segunda vez y lo tocó y dijo: “Levántate, come, porque el viaje es demasiado para ti”. 8 Por lo tanto él se levantó y comió y bebió, y siguió yendo por el poder de aquel alimento durante cuarenta días y cuarenta noches hasta la montaña del Dios [verdadero], Horeb. 9 Allí por fin entró en una cueva, para pasar la noche allí; y, ¡mire!, hubo la palabra de Jehová para él, y pasó a decirle: “¿Qué negocio tienes aquí, Elías?”. 10 A lo que él dijo: “He estado absolutamente celoso por Jehová el Dios de los ejércitos; pues los hijos de Israel han dejado tu pacto, tus altares los han demolido, y a tus profetas los han matado a espada, de modo que solo quedo yo; y empiezan a buscar mi alma para quitármela”. 11 Pero aquella dijo: “Sal fuera, y tienes que estar de pie en la montaña delante de Jehová”. Y, ¡mire!, Jehová iba pasando, y un viento grande y fuerte estaba desgarrando montañas y quebrando peñascos delante de Jehová. (Jehová no estaba en el viento.) Y después del viento hubo un temblor. (Jehová no estaba en el temblor.) 12 Y después del temblor hubo un fuego. (Jehová no estaba en el fuego.) Y después del fuego hubo una voz calmada y baja. 13 Y aconteció que tan pronto como Elías la oyó, inmediatamente se envolvió el rostro con su prenda de vestir oficial y salió fuera y se puso de pie a la entrada de la cueva; y, ¡mire!, hubo una voz para él, y procedió a decirle: “¿Qué negocio tienes aquí, Elías?”. 14 A lo que dijo él: “He estado absolutamente celoso por Jehová el Dios de los ejércitos; pues los hijos de Israel han dejado tu pacto, tus altares los han demolido, y a tus profetas los han matado a espada, de modo que solo quedo yo; y empiezan a buscar mi alma para quitármela”. 15 Jehová ahora le dijo: “Anda, vuélvete por tu camino al desierto de Damasco; y tienes que entrar y ungir a Hazael por rey sobre Siria. 16 Y a Jehú nieto de Nimsí lo debes ungir por rey sobre Israel; y a Eliseo hijo de Safat de Abel-meholá lo debes ungir por profeta en lugar de ti. 17 Y tiene que suceder que, al que escape de la espada de Hazael, Jehú le dará muerte; y al que escape de la espada de Jehú, Eliseo le dará muerte. 18 Y he dejado que siete mil permanezcan en Israel, todas las rodillas que no se han doblado a Baal, y toda boca que no lo ha besado”. 19 Por lo tanto, él se fue de allí y halló a Eliseo hijo de Safat mientras estaba arando con doce yuntas delante de él, y él con la duodécima. Elías, pues, cruzó a donde él y echó sobre él su prenda de vestir oficial. 20 Por lo cual él dejó los toros y se fue corriendo tras Elías y dijo: “Déjame, por favor, besar a mi padre y a mi madre. Entonces ciertamente iré siguiéndote”. Ante esto, él le dijo: “Anda, vuélvete; pues, ¿qué te he hecho yo?”. 21 Así que se volvió de seguirlo y entonces tomó una yunta de toros y los sacrificó, y con los aparejos de los toros coció su carne y luego la dio a la gente, y ellos procedieron a comer. Después de aquello se levantó y se puso a seguir a Elías y empezó a ministrarle.
(Hechos 9:31) Entonces, verdaderamente, la congregación por toda Judea y Galilea y Samaria entró en un período de paz, siendo edificada; y como andaba en el temor de Jehová y en el consuelo del espíritu santo, siguió multiplicándose.
9. ¿Por qué decimos que estudiar el ejemplo de Cristo nos reanima?
(Mateo 11:28-30) Vengan a mí, todos los que se afanan y están cargados, y yo los refrescaré. 29 Tomen sobre sí mi yugo y aprendan de mí, porque soy de genio apacible y humilde de corazón, y hallarán refrigerio para sus almas. 30 Porque mi yugo es suave y mi carga es ligera”.
10, 11. ¿Qué miembros de la congregación pueden consolar a los demás?
(Santiago 5:14-15) ¿Hay alguno enfermo entre ustedes? Que llame a [sí] a los ancianos de la congregación, y que ellos oren sobre él, untándo[lo] con aceite en el nombre de Jehová. 15 Y la oración de fe sanará al indispuesto, y Jehová lo levantará. También, si hubiera cometido pecados, se le perdonará.
(Tito 2:3-5) Igualmente, que las mujeres de edad sean reverentes en su comportamiento, no calumniadoras, ni esclavizadas a mucho vino, maestras de lo que es bueno; 4 para que hagan recobrar el juicio a las mujeres jóvenes para que estas amen a sus esposos, amen a sus hijos, 5 sean de juicio sano, castas, trabajadoras en casa, buenas, sujetas a sus propios esposos, para que no se hable injuriosamente de la palabra de Dios.
(1 Tesalonicenses 5:14-15) Por otra parte, los exhortamos, hermanos: amonesten a los desordenados, hablen confortadoramente a las almas abatidas, den su apoyo a los débiles, tengan gran paciencia para con todos. 15 Vean que nadie pague daño por daño a ningún otro; antes bien, sigan siempre tras lo que es bueno los unos para con los otros y para con todos los demás.
(2 Corintios 1:4) que nos consuela en toda nuestra tribulación, para que nosotros podamos consolar a los [que se hallan] en cualquier clase de tribulación mediante el consuelo con que nosotros mismos estamos siendo consolados por Dios.
12. ¿Por qué es tan necesario asistir a las reuniones cristianas?
(Hechos 15:32) Y Judas y Silas, puesto que ellos mismos también eran profetas, animaron a los hermanos con muchos discursos, y los fortalecieron.
(Proverbios 18:1) El que se aísla buscará [su propio] anhelo egoísta; contra toda sabiduría práctica estallará.
(Hebreos 10:24-25) Y considerémonos unos a otros para incitarnos al amor y a las obras excelentes, 25 sin abandonar el reunirnos, como algunos tienen por costumbre, sino animándonos unos a otros, y tanto más al contemplar ustedes que el día se acerca.
La palabra de Dios
es nuestra fuente de consuelo
13, 14. ¿Cómo nos fortalecen las escrituras?
(Romanos 15:4) Porque todas las cosas que fueron escritas en tiempo pasado fueron escritas para nuestra instrucción, para que mediante nuestro aguante y mediante el consuelo de las Escrituras tengamos esperanza.
(2 Timoteo 3:16-17) Toda Escritura es inspirada de Dios y provechosa para enseñar, para censurar, para rectificar las cosas, para disciplinar en justicia, 17 para que el hombre de Dios sea enteramente competente [y esté] completamente equipado para toda buena obra.
(Lucas 24:32) Y ellos se dijeron el uno al otro: “¿No nos ardía el corazón cuando él venía hablándonos por el camino, cuando nos estaba abriendo por completo las Escrituras?”.
(Hechos 17:2) Así que, según tenía por costumbre Pablo, pasó adentro a donde ellos, y por tres sábados razonó con ellos a partir de las Escrituras,
(Hechos 17:10-11) Inmediatamente, de noche, los hermanos enviaron a Pablo, así como a Silas, hacia Berea, y estos, al llegar, entraron en la sinagoga de los judíos. 11 Ahora bien, estos eran de disposición más noble que los de Tesalónica, porque recibieron la palabra con suma prontitud de ánimo, y examinaban con cuidado las Escrituras diariamente en cuanto a si estas cosas eran así.
Otras formas de brindar consuelo
15, 16. ¿Cuáles son algunas maneras de ayudar y consolar a nuestros hermanos?
(Filipenses 2:4) no vigilando con interés personal solo sus propios asuntos, sino también con interés personal los de los demás.
17, 18. ¿Por qué podemos confiar los siervos leales de Jehová en que él nos apoyará y consolará?
(Romanos 15:30) Ahora bien, los exhorto, hermanos, por nuestro Señor Jesucristo y por el amor del espíritu, a que se esfuercen conmigo en oraciones a Dios por mí,
(Colosenses 4:12) Epafras, que es de entre ustedes, esclavo de Cristo Jesús, les envía sus saludos, y siempre está esforzándose a favor de ustedes en [sus] oraciones, para que al fin estén de pie completos y con firme convicción en toda la voluntad de Dios.
(Salmo 55:22) Arroja tu carga sobre Jehová mismo, y él mismo te sustentará. Nunca permitirá que tambalee el justo.
(Isaías 51:12) “Yo... yo mismo soy Aquel que está consolándolos. ”¿Quién eres tú para que tengas miedo a un hombre mortal que ha de morir, y a un hijo de la humanidad que quedará como simple hierba verde?
(2 Tesalonicenses 2:16-17) Además, que nuestro Señor Jesucristo mismo y Dios nuestro Padre, que nos amó y dio consuelo eterno y buena esperanza por medio de bondad inmerecida, 17 consuelen sus corazones y los hagan firmes en todo buen hecho y buena palabra.