domingo, 24 de julio de 2011

SALMOS 86:11 MANTEGÁMONOS LEALES CON UN CORAZÓN UNIFICADO 15/AGOS/2008 PAG 7

(Sl 86:11)
Instrúyeme, oh Jehová, acerca de tu camino. Andaré en tu verdad. Unifica mi corazón para que tema tu nombre.


MANTEGÁMONOS LEALES CON UN CORAZÓN UNIFICADO


15/AGOS/2008 PAG 7

“Déjame darte un regalo”
Estemos contentos con lo necesario
Un profeta anciano lo engañó
Se fue con el profeta anciano
Seamos modestos
Estemos resueltos a mantenernos leales

¿Qué respondería?
*¿Por qué debemos esforzarnos por eliminar cualquier deseo materialista que haya echado raíces en nuestro corazón?
*¿Qué nos ayudará a ser leales a Jehová?
*¿Cómo nos ayuda la modestia a mantenernos leales a Jehová?

(Sl 86:2) Oh, guarda mi alma, sí, porque soy leal. Salva a tu siervo —tú eres mi Dios— que está confiando en ti.
(Sl 86:11) Instrúyeme, oh Jehová, acerca de tu camino. Andaré en tu verdad. Unifica mi corazón para que tema tu nombre.
(Pr 4:23) Más que todo lo demás que ha de guardarse, salvaguarda tu corazón, porque procedentes de él son las fuentes de la vida.
1,2 a) Según Salmos 86:2,11, ¿qué nos ayudará a ser fieles a Jehová ante las pruebas y tentaciones?

“Déjame darte un regalo”

(1Re 13:1-6) Y sucedió que hubo un hombre de Dios que por la palabra de Jehová había salido de Judá hasta Betel, mientras Jeroboán estaba de pie junto al altar para hacer humo de sacrificio. 2 Entonces este gritó contra el altar, por la palabra de Jehová, y dijo: “Oh altar, altar, esto es lo que ha dicho Jehová: ‘¡Mira! ¡Un hijo que le nace a la casa de David, cuyo nombre es Josías! Y ciertamente sacrificará sobre ti a los sacerdotes de los lugares altos que están haciendo humo de sacrificio sobre ti, y huesos de hombres quemará sobre ti’”. 3 Y dio un portento presagioso en aquel día, diciendo: “Este es el portento presagioso del cual Jehová ha hablado: ¡Mira! El altar se parte, y las cenizas grasosas que están sobre él ciertamente se verterán”. 4 Y aconteció que, tan pronto como el rey oyó la palabra del hombre del Dios [verdadero] que había gritado contra el altar en Betel, en seguida alargó Jeroboán su mano de sobre el altar, y dijo: “¡Préndanlo!”. Al instante la mano que había alargado contra él quedó seca, y no pudo retirarla a sí. 5 Y el altar mismo se partió de modo que las cenizas grasosas se vertieron del altar, conforme al portento presagioso que el hombre del Dios [verdadero] había dado por la palabra de Jehová. 6 El rey ahora contestó y dijo al hombre del Dios [verdadero]: “Ablanda, por favor, el rostro de Jehová tu Dios y ora a favor de mí para que se me restaure la mano”. Por lo cual el hombre del Dios [verdadero] ablandó el rostro de Jehová, de modo que la mano del rey le fue restaurada, y llegó a estar como al principio.
3. ¿Cómo reacciona Jeroboán cuando el profeta de Dios le transmite un mensaje condenatorio?

(1Re 13:7) Y el rey pasó a decir al hombre del Dios [verdadero]: “Ven conmigo a casa, sí, y toma sustento, y déjame darte un regalo”.
(Sl 119:113) A los de corazón irresoluto he odiado, pero tu ley he amado.
(1Re 13:8-10) Pero el hombre del Dios [verdadero] dijo al rey: “Aunque me dieras la mitad de tu casa no iría contigo ni comería pan ni bebería agua en este lugar. 9 Porque así me mandó él por la palabra de Jehová, diciendo: ‘No debes comer pan ni beber agua, y no debes regresar por el camino que fuiste’”. 10 Y empezó a irse por otro camino, y no regresó por el camino por el cual había venido a Betel.
(Ro 15:4) Porque todas las cosas que fueron escritas en tiempo pasado fueron escritas para nuestra instrucción, para que mediante nuestro aguante y mediante el consuelo de las Escrituras tengamos esperanza.
4. a) ¿Por qué pede decirse que la oferta del rey puso a prueba la lealtad del profeta? B) ¿Qué respondió el profeta?

Estemos contentos con lo necesario

(Mt 6:3) Mas tú, cuando hagas dádivas de misericordia, no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha,
(Heb 13:5) Que [su] modo de vivir esté exento del amor al dinero, y estén contentos con las cosas presentes. Porque él ha dicho: “De ningún modo te dejaré y de ningún modo te desampararé”.
(Flp 4:11-13) No es que esté hablando respecto a estar en necesidad, porque he aprendido, en cualesquiera circunstancias que esté, a ser autosuficiente. 12 Realmente sé estar en escasez [de provisiones], realmente sé tener abundancia. En toda cosa y en toda circunstancia he aprendido el secreto tanto de estar saciado como de tener hambre, tanto de tener abundancia como de padecer necesidad. 13 Para todas las cosas tengo la fuerza en virtud de aquel que me imparte poder.
(1Ti 6:6-8) Ciertamente es un medio de gran ganancia, [esta] devoción piadosa junto con autosuficiencia. 7 Porque nada hemos traído al mundo, y tampoco podemos llevarnos cosa alguna. 8 Teniendo, pues, sustento y con qué cubrirnos, estaremos contentos con estas cosas.
5. ¿Por qué decimos que el materialismo pone a prueba nuestra lealtad?
6. ¿Qué “regalos” pudieran ofrecernos, y qué nos ayudará a decidir si debemos aceptarlos?

(1Jn 2:15-16) No estén amando ni al mundo ni las cosas [que están] en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él; 16 porque todo [lo que hay] en el mundo —el deseo de la carne y el deseo de los ojos y la exhibición ostentosa del medio de vida de uno— no se origina del Padre, sino que se origina del mundo.
(Rev 3:15-17) ‘Conozco tus hechos, que no eres ni frío ni caliente. Quisiera que fueras frío o, si no, caliente. 16 Así, por cuanto eres tibio, y ni caliente ni frío, voy a vomitarte de mi boca. 17 Porque dices: “Soy rico y he adquirido riquezas y no necesito absolutamente nada”, pero no sabes que eres desdichado y lastimoso y pobre y ciego y desnudo,
(Mt 4:8-10) De nuevo el Diablo lo llevó consigo a una montaña excepcionalmente alta, y le mostró todos los reinos del mundo y su gloria, 9 y le dijo: “Todas estas cosas te las daré si caes y me rindes un acto de adoración”. 10 Entonces Jesús le dijo: “¡Vete, Satanás! Porque está escrito: ‘Es a Jehová tu Dios a quien tienes que adorar, y es solo a él a quien tienes que rendir servicio sagrado’”.
(Lu 12:15) Entonces les dijo: “Mantengan abiertos los ojos y guárdense de toda suerte de codicia, porque hasta cuando uno tiene en abundancia, su vida no resulta de las cosas que posee”.
7. ¿Por qué es importante desarraigar los deseos materialistas de nuestro corazón?

Un profeta anciano lo engañó

(1Re 13:11-18) Y cierto viejo profeta moraba en Betel, y sus hijos ahora entraron y le contaron toda la obra que el hombre del Dios [verdadero] había hecho aquel día en Betel [y] las palabras que había hablado al rey, y siguieron contándolas a su padre. 12 Entonces les habló su padre: “¿Por qué camino, pues, se fue?”. De modo que sus hijos le mostraron el camino por el cual se había ido el hombre del Dios [verdadero] que había salido de Judá. 13 Él ahora dijo a sus hijos: “Aparéjenme el asno”. Por lo tanto, le aparejaron el asno, y él se fue cabalgando sobre él. 14 Y se fue siguiendo al hombre del Dios [verdadero] y por fin lo halló sentado debajo del árbol grande. Entonces le dijo: “¿Eres tú el hombre del Dios [verdadero] que ha salido de Judá?”, a lo cual él dijo: “Yo soy”. 15 Y pasó a decirle: “Ven conmigo a casa y come pan”. 16 Pero él dijo: “No puedo volver contigo ni entrar contigo, y no puedo comer pan ni beber agua contigo en este lugar. 17 Porque se me ha hablado mediante la palabra de Jehová: ‘No debes comer pan ni beber agua allí. No debes regresar por el camino por el cual fuiste’”. 18 Ante esto, él le dijo: “Yo también soy profeta como tú, y un ángel mismo me habló por la palabra de Jehová, diciendo: ‘Hazlo volver contigo a tu casa para que coma pan y beba agua’”. (Lo engañó.)
8. ¿Cómo se puso a prueba la lealtad del profeta de Dios?

(Pr 3:32) Porque el sinuoso es cosa detestable a Jehová, pero Él tiene intimidad con los rectos.
9. ¿Qué dice la Biblia sobre los que actúan con engaño, y a quiénes causan daño?

Se fue con el profeta anciano

(1Re 13:19-25) De modo que regresó con él para comer pan en su casa y beber agua. 20 Y mientras estaban sentados a la mesa aconteció que la palabra de Jehová vino al profeta que lo había traído de vuelta; 21 y él empezó a clamar al hombre del Dios [verdadero] que había salido de Judá, y dijo: “Esto es lo que ha dicho Jehová: ‘En virtud de que te rebelaste contra la orden de Jehová y no guardaste el mandamiento con el cual te mandó Jehová tu Dios, 22 sino que volviste para comer pan y beber agua en el lugar acerca del cual él te habló: “No comas pan ni bebas agua”, tu cuerpo muerto no entrará en la sepultura de tus antepasados’”. 23 Y después que él hubo comido pan y después que hubo bebido aconteció que él en seguida le aparejó el asno, es decir, para el profeta a quien había traído de vuelta. 24 Y este procedió a irse. Más tarde un león lo halló en el camino y le dio muerte, y su cuerpo muerto quedó arrojado en el camino. Y el asno estaba parado a su lado, y el león estaba parado al lado del cuerpo muerto. 25 Y he aquí que unos hombres venían pasando, de modo que llegaron a ver el cuerpo muerto arrojado en el camino, y el león parado al lado del cuerpo muerto. Entonces entraron y hablaron de ello en la ciudad en la cual moraba el viejo profeta.
10. ¿Cómo respondió el profeta de Dios a la invitación del anciano, y cuál fue el resultado?

(1Re 14:1-18) En aquel tiempo enfermó Abías hijo de Jeroboán. 2 Por eso Jeroboán dijo a su esposa: “Levántate, por favor, y tienes que disfrazarte para que no sepan que eres la esposa de Jeroboán, y tienes que ir a Siló. ¡Mira! Allí es donde está Ahíya el profeta. Él es el que habló respecto de mí acerca de llegar a ser rey sobre este pueblo. 3 Y tienes que llevar en tu mano diez panes y tortas rociadas y un frasco de miel, y tienes que entrar a donde él. Él ciertamente te informará lo que le va a suceder al muchacho”. 4 Y la esposa de Jeroboán procedió a hacerlo así. Por lo tanto se levantó y fue a Siló, y vino a la casa de Ahíya. Ahora bien, Ahíya mismo no podía ver, porque sus ojos habían quedado fijos a causa de su edad. 5 Y Jehová mismo había dicho a Ahíya: “Aquí viene la esposa de Jeroboán a solicitar una palabra de ti respecto a su hijo; porque está enfermo. De esta manera y de aquella es como debes hablarle. Y sucederá que luego que llegue, estará arreglándose para que no se la reconozca”. 6 Y aconteció que, en cuanto Ahíya oyó el sonido de los pies de ella al meterse ella por la entrada, empezó a decir: “Entra, esposa de Jeroboán. ¿Por qué estás arreglándote para que no se te reconozca mientras que a mí se me envía a ti con un mensaje severo? 7 Ve, di a Jeroboán: ‘Esto es lo que ha dicho Jehová el Dios de Israel: “Por cuanto te levanté de en medio de tu pueblo, para constituirte caudillo sobre mi pueblo Israel, 8 y pasé a arrancar el reino de la casa de David y dártelo a ti, y tú no has llegado a ser como mi siervo David, que guardó mis mandamientos y que anduvo en pos de mí con todo su corazón, haciendo solo lo que era recto a mis ojos, 9 sino que te pusiste a actuar peor que todos los que resultaron ser antes de ti, y fuiste y te hiciste otro dios e imágenes fundidas para ofenderme, y es a mí a quien has echado detrás de tu espalda; 10 por esa razón, ¡mira!, voy a traer calamidad sobre la casa de Jeroboán, y ciertamente cortaré de Jeroboán a cualquiera que orina contra una pared, un imposibilitado e inútil en Israel; y realmente barreré de modo completo detrás de la casa de Jeroboán, así como uno remueve el estiércol hasta acabar con él. 11 Al que de Jeroboán muera en la ciudad, los perros se lo comerán; y al que muera en el campo, las aves de los cielos se lo comerán, porque Jehová mismo lo ha hablado”’. 12 ”Y tú misma, levántate, vete a tu casa. Cuando entren tus pies en la ciudad, el niño ciertamente morirá. 13 Y todo Israel verdaderamente lo plañirá y lo enterrará, porque este es el único de Jeroboán que entrará en sepultura; a causa de que algo bueno para con Jehová el Dios de Israel se ha hallado en él, en la casa de Jeroboán. 14 Y Jehová ciertamente levantará para sí un rey sobre Israel que cortará la casa de Jeroboán el día citado, ¿y qué si ahora mismo? 15 Y Jehová verdaderamente derribará a Israel, tal como se agita la caña en el agua; y ciertamente desarraigará a Israel de este buen suelo que dio a sus antepasados, y verdaderamente los esparcirá más allá del Río, por razón de que hicieron sus postes sagrados, ofendiendo así a Jehová. 16 Y entregará a Israel por causa de los pecados de Jeroboán con que pecó y con que hizo pecar a Israel”. 17 Ante eso, la esposa de Jeroboán se levantó y se puso en marcha y llegó a Tirzá. Al llegar ella al umbral de la casa, el muchacho mismo murió. 18 Lo enterraron, pues, y todo Israel se puso a plañir por él, conforme a la palabra de Jehová que él había hablado por medio de su siervo Ahíya el profeta.
(2Cr 9:29) En cuanto al resto de los asuntos de Salomón, los primeros y los últimos, ¿no están escritos entre las palabras de Natán el profeta y en la profecía de Ahíya el silonita y en el registro de las visiones de Idó el hombre de visiones respecto a Jeroboán hijo de Nebat?
11. ¿Por qué fue Ahíya un buen ejemplo?

(1Co 7:10-16) A los casados doy instrucciones —sin embargo, no yo, sino el Señor— de que la esposa no debe irse de su esposo; 11 pero si de hecho se fuera, que permanezca sin casarse, o, si no, que se reconcilie con su esposo; y el esposo no debe dejar a su esposa. 12 Pero a los demás digo —sí, yo, no el Señor—: Si algún hermano tiene esposa incrédula, y sin embargo ella está de acuerdo en morar con él, no la deje; 13 y la mujer que tiene esposo incrédulo, y sin embargo él está de acuerdo en morar con ella, no deje a su esposo. 14 Porque el esposo incrédulo es santificado con relación a [su] esposa, y la esposa incrédula es santificada con relación al hermano; de otra manera, sus hijos verdaderamente serían inmundos, pero ahora son santos. 15 Pero si el incrédulo procede a irse, que se vaya; el hermano o la hermana no está en servidumbre en tales circunstancias; antes bien, Dios los ha llamado a ustedes a la paz. 16 Pues, esposa, ¿cómo sabes que no salvarás a [tu] esposo? O, esposo, ¿cómo sabes que no salvarás a [tu] esposa?
12.-14. a) ¿Qué aprendemos de lo que le sucedió al profeta de Judá? B) Dé ejemplos que demuestren la importancia de meditar en los consejos bíblicos que dan los ancianos y orar antes de tomar una decisión.

Seamos modestos

(Pr 3:5) Confía en Jehová con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propio entendimiento.
15. ¿Qué aprendemos del error que cometió el profeta de Dios?

(Jer 17:9) ”El corazón es más traicionero que cualquier otra cosa, y es desesperado. ¿Quién puede conocerlo?
(Ef 4:22-24) que ustedes deben desechar la vieja personalidad que se conforma a su manera de proceder anterior y que va corrompiéndose conforme a sus deseos engañosos; 23 pero que deben ser hechos nuevos en la fuerza que impulsa su mente, 24 y deben vestirse de la nueva personalidad que fue creada conforme a la voluntad de Dios en verdadera justicia y lealtad.
(Pr 11:2) ¿Ha venido la presunción? Entonces vendrá la deshonra; pero la sabiduría está con los modestos.
(Pr 24:10) ¿Te has mostrado desanimado en el día de la angustia? Tu poder será escaso.
(Lu 13:24) “Esfuércense vigorosamente por entrar por la puerta angosta, porque muchos, les digo, tratarán de entrar, pero no podrán,
(1Co 15:58) Por consiguiente, amados hermanos míos, háganse constantes, inmovibles, siempre teniendo mucho que hacer en la obra del Señor, sabiendo que su labor no es en vano en lo relacionado con [el] Señor.
16,17. ¿Qué nos ayudará a mantenernos leales a Jehová?

(Snt 1:5) Por lo tanto, si alguno de ustedes tiene deficiencia en cuanto a sabiduría, que siga pidiéndole a Dios, porque él da generosamente a todos, y sin echar en cara; y le será dada.
(Lu 11:9) Por consiguiente, les digo: Sigan pidiendo, y se les dará; sigan buscando, y hallarán; sigan tocando, y se les abrirá.
(Lu 11:13) Por lo tanto, si ustedes, aunque son inicuos, saben dar buenos regalos a sus hijos, ¡con cuánta más razón dará el Padre en el cielo espíritu santo a los que le piden!”.
18. ¿Qué podemos hacer si nos enfrentamos a una decisión difícil?

Estemos resueltos a mantenernos leales

(2Sa 22:26) Con alguien leal tú actuarás en lealtad; con el poderoso, exento de falta, tratarás de un modo exento de falta;
19,20 ¿Qué debemos estar resueltos a hacer?

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